Hola de nuevo mis dulces!!!
Tengo taaaaaantas recetas pendientes que se me acumulan y luego nunca sé cuál poner, y al final siempre me decanto por las últimas que hago, y con ésta que os traigo hoy no tuve duda: no podía esperar más a publicarla porque sin duda se ha convertido en uno de mis bizcochos de chocolate preferidos!!!!
Mi papá, al igual que yo, es un amante extremo del chocolate, de ahí lo de: "De tal palo, tal astilla" je je, y su bebida alcohólica favorita es el whisky (aquí el refrán no se cumple, porque yo lo odio argggg). Así que no tuve duda en los sabores de su tarta de cumpleaños: chocolate y whisky!!!! Y menuda mezcla más buena!!! A mí personalmente, el whisky no me gusta nada de nada, pero al mezclarlo con el chocolate: boooom! buenísimo!
Como sabéis soy una adicta a los libros de repostería, y había una receta que ya llevaba tiempo rondándome las ganas de hacerla, y menudo acierto!!!! Tengo que decir que al ser taaaaaaaan tierna y jugosa es delicada a la hora de desmoldar y cortar, por lo que yo he optado por hacerla en tres moldes de 18 centímetros, pero dejándola reposar de un día a otro se corta sin problemas.
Y sin dar más rodeos, vamos rumbo a la cocina y ¡Manos a la masa!
BIZCOCHO EXTRA-JUGOSO DE CHOCOLATE
- 500 ml de agua
- 660 g de azúcar
- 250 g de mantequilla troceada
- 50 g de cacao puro en polvo Valor
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 450 g de harina de trigo
- 4 huevos ligeramente batidos
- Una pizca de sal
Precalentar el horno a 180ºC. Rociamos el molde con mi inseparable spray desmoldante Dübör o forramos con papel de hornear. Podemos utilizar un molde de unos 26 centímetros, o separarlo en varios como yo hice (3 moldes de 18 cm, o 2 de 20cm...)
En una cazuela, mezclamos el agua, el azúcar y la mantequilla troceada, tamizamos juntos el cacao, el bicarbonato, la levadura y la sal y lo añadimos a la cazuela, lo llevamos al fuego y removemos todo hasta que el azúcar esté bien disuelta. Cuando empiece a hervir bajamos el fuego, y dejar la cazuela a fuego suave durante 5 minutos más. Pasamos la mezcla a un cuenco grande y dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Una vez haya atemperado, añadimos al cuenco la harina y los huevos, y batimos hasta que la mezcla quede lisa y un poco mas pálida, a continuación vertemos la mezcla en el molde o moldes que teníamos preparados.
Horneamos durante unos 50 minutos o hasta que la brocheta salga limpia, pero nunca, nunca, bajo ningún concepto abras el horno antes de los 30 primeros minutos. Una vez hecho: dejamos reposar el bizcocho 15 minutos y luego con mucho cuidado lo desmoldamos.
Y luego tenéis varias opciones: coméroslo así tal cual, que está exquisito, tierno muy húmedo... o cubrirlo con una capa de ganaché o trufa. O hacer un layer cake como el que hice yo y rellenarlo y cubrirlo de lo que más os apetezca. Yo hice una especie de decoración imitando la típica tarta de whisky, pero con los chorretones de chocolate para dejar ver lo que nos vamos a encontrar en el interior.
BUTTERCREAM DE WHISKY
- 200 g de mantequilla sin sal (30 minutos fuera de la nevera)
- 350 g de icing sugar (azúcar glasé seda Azucarera) (no vale azúcar molido, ni tamizado, ni puñetas: icing sugar: azúcar impalpable, y en su caso azúcar glas industrial de buena calidad)
- 50 ml de whisky
Se pone la mantequilla y el azúcar en un bol y se mezcla a velocidad baja un minuto, o bien con la tapa si es que tu batidora dispone de ella, o con una bayeta húmeda para evitar que tu cocina se cubra con una blanca niebla de azúcar glas!!!!, Una vez el azúcar ya se ha incorporado podemos quitar la bayeta o la tapa: subir a velocidad media-alta durante 5 minutos.
Añadimos el whisky... y listo para disfrutar... y rechupetear la espátula, el bol, la manga pastelera, las varillas... Está muuuuuuuyyyyy buena!!
Y ya sólo me queda felicitar de nuevo a mi papá, que es el mejor padre del mundo mundial y nunca me cansaré de repetirlo, al igual de lo orgullosa y afortunada que me siento de ser su hija.
¡¡¡FELIZ CUMPLE PAPÁ!!!